lunes, 1 de agosto de 2011

INTRODUCCION 1 - El Dibujo Técnico desde el paralex hasta el AutoCAD


Después de los preámbulos anteriores, hoy toca entrar en materia iniciando lo que se podría considerar un “curso básico” sobre el uso del AutoCAD aplicado en Arquitectura, y por extensión a todos los demás trabajos técnicos de la ingeniería.

Primeros pasos

Como primer paso cabe hacer alguna consideración sobre el “trabajo tradicional” anterior al desarrollo de las herramientas informáticas. Tradicionalmente, el trabajo material de elaboración de “planos” y “dibujos técnicos” se realizaba por “delineantes”, personal cualificado a nivel de “formación profesional”, que había desarrollado unas destrezas adecuadas para un trabajo manual, consistente en ir plasmando en papel de forma permanente una serie de dibujos y diseños establecidos mediante notas, croquis o modificaciones de otros previos, por el proyectista correspondiente (arquitecto, Ingeniero, etc)

El trabajo se desarrollaba en tableros o mesas de cierto tamaño y amplitud, equipadas con buena iluminación, y grandes reglas que sujetas a la mesa por un sistema de poleas y cuerdas cruzadas, (“paralex”) que aseguraban un desplazamiento exclusivamente perpendicular a la propia regla facilitando el trazado de líneas paralelas que se complementaban con un conjunto de escuadras, plantillas, escalímetros, etc.

Los dibujos se trazaban provisionalmente con lápices duros y afilados, con un marcaje  fácil de borrar, y de forma definitiva sobre un “papel vegetal” con “tinta china” (emulsión acuosa). Este tipo de papel presentaba un cierto grado de transparencia translúcida, que permite visualizar dibujos previos sujetos bajo él, y debido a su textura y las características propias de la tinta, también permite rectificar errores y/o modificaciones mediante un “raspado” enérgico.

El papel vegetal también facilitaba a su vez la realización de múltiples copias de un mismo plano, mediante maquinas equipadas con luz ultravioleta y papeles con revelado de “amoniaco”, asegurando una precisión y fidelidad adecuadas de geometría y dimensiones entre el original y la copia.

Esta técnica junto con las características de la tinta china, no admite la reproducción del color, por lo que el mundo de los “planos técnicos” ha sido tradicionalmente monocromo, aunque en paralelo ha desarrollado un repertorio sofisticado en el uso de trazos y líneas de diferentes pautas y grosores, que a su vez manejados con inteligencia, permiten conseguir una “percepción” del plano destacando ciertos elementos o aspectos del mismo, que manejados con habilidad contribuyen a diferenciar la calidad de los distintos trabajos.

Desde un punto de vista histórico cabe decir que los primeros “dibujos técnicos”, realizados de una forma sistemática al menos, se remontarían a la “revolución industrial” y por tanto a mediados del siglo XIX. En mi propia experiencia en el Colegio de Arquitectos de Salamanca he tenido ocasión de examinar un archivo de “planos de taller” que se extendía en el tiempo desde las últimas décadas del siglo XIX hasta los años 60s del siglo XX.

El examen de esa colección de planos y dibujos es muy interesante y permite apreciar con claridad la evolución de las diferentes técnicas en la realización de los planos, y se observa que precisamente los dibujos más antiguos son los más elaborados, se realizan en papeles muy gruesos y robustos de mucho gramaje y gran calidad, con tintas de “diferentes colores” y rotulados a “mano” con una gran pulcritud. Con el paso del tiempo, se pierde el color enseguida, los soportes de papel se hacen más endebles, y la calidad de los trabajos se hace más diversa dependiendo del uso o importancia de cada diseño. En resumen cabe decir que las técnicas comentadas anteriormente solo se estandarizan y sistematizan hacia mediados del siglo XX.

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