Variables internas
de configuración.
Una de las formas en las que AutoCAD mantiene sus propias
características, es un sistema de variables, en el que se almacenan una gran
cantidad de datos, controlando distintos aspectos de comportamiento u opciones
y alternativas de configuración.
El sistema de variables es extenso, pero tiene una gran
facilidad de uso y las mayores dificultades se derivan únicamente del hecho de
poder alcanzar una visión general de todo el conjunto disponible. La referencia
sistemática se encuentra en el sistema de “ayuda”, como un apartado específico
dentro del documento “referencia de comandos” tanto en su versión de pantalla
como en el archivo PDF.
Dentro del “Sistema de Variables”, puede haber cosas tan
dispares como el nombre del archivo de dibujo actual y su trayectoria o “path”,
el resultado numérico de la ultima orden “área” que se ha procesado, las
coordenadas del último punto designado sobre
la pantalla, o el control del sistemas de unidades, ya que las
longitudes pueden estar configuradas en el modo decimal, o el anglosajón de
“pies y pulgadas”, y las unidades de ángulos pueden estar definidas en grados,
minutos y segundos, o en grados centesimales, siendo modificable también el
sentido positivo de los ángulos.
La forma más básica para manejar el sistema de variables, es
que cuando conocemos el “nombre” de la variable cuyo contenido nos interesa,
podemos escribir directamente su nombre en la “línea de ordenes”, entonces el
programa escribe a continuación su contenido actual, y nos da opción para
escribir a continuación un nuevo valor que modifica el contenido, si es
posible. (Obviamente hay algunas variables de “solo lectura” cuyo contenido NO
es modificable)
Esta forma de operar tiene el inconveniente de recordar los
nombres o conocer su existencia. Respecto a la primera cuestión, dentro del
sistema de ayuda se encuentran relacionadas “todas”, agrupadas por orden
alfabético y dentro de cada una se explica con claridad el “tipo” de dato que
almacena, si se almacena en el propio archivo de dibujo o en un “registro”
independiente o si es de “solo lectura”. Se incluye una explicación del
contenido, y se detallan tanto los valores posibles como el comportamiento en
cada caso.
En cuanto a la segunda cuestión, no tiene más alternativa
que el conocimiento paulatino que se consigue con el aprendizaje y el uso
cotidiano. En todo caso el manual de la “guía del usuario” va explicando
perfectamente el comportamiento de todas las ordenes del programa, y siempre se
citan y comentan las variables relacionadas. Cabe mencionar los estilos de
acotación, como un repertorio particularmente extenso de variables que resulta
interesante consultar para hacerse una idea de su alcance, ya que se localizan facilmente dado que todos sus nombres comienzan con la raíz "DIM.....".
Retroceso y
corrección de errores.
Cuando se trabaja de forma rutinaria con autocad, las
jornadas se van haciendo más pesadas y tediosas que cuando nos acompaña la novedad de descubrir y aprender
cosas nuevas. Esto nos lleva a una mayor frecuencia de pequeños errores o
acciones involuntarias que realizamos antes de ser conscientes de ello, y a
veces nos obliga a rehacer y modificar cosas.
Dado que el entorno informático es un mundo completamente
virtual, es frecuente que los programas tengan algún mecanismo fácil de
retroceso o marcha atrás, de forma que podamos deshacer con facilidad las
últimas acciones realizadas. Dentro de AutoCAD, está configurado también ese
mecanismo en forma de orden “undo”
(deshacer) o en los botones de herramientas, como una flecha hacia atrás.
Cada pulsación de la flecha, deshace las acciones de una
“orden”, y podemos retroceder sucesivamente hasta la última vez que se grabó el
archivo en el disco. La herramienta suele ir acompañada de otra flecha
desplegable que muestra una lista de todas órdenes revocables y podemos
posicionarnos sobre una de ellas, deshaciendo todo el intervalo de una vez.
Además del retroceso habitual, dado que a veces podemos sobrepasar el punto de
referencia, existe otra orden “redo”
(rehacer o flecha hacia adelante), que nos permite “reponer” la última orden
que hayamos borrado en la secuencia anterior.
Otro de los posibles percances que suceden antes o despues,
es el fallo de alimentación eléctrica cuando estamos en un ordenador fijo ya
que cuando este se apaga bruscamente, los datos del el archivo de trabajo se
encuentran en una memoria RAM que por ser volátil, se pierden irremisiblemente.
Con el fin de paliar estas situaciones, hay un par de
características que nos pueden ayudar. La primera es un “salvado temporal”
consistente en que el programa actúa en segundo plano “salvando” o escribiendo
en el disco duro una copia del archivo de trabajo, de forma que posteriormente
podamos recuperar lo realizado hasta ese momento. En el cuadro de dialogo
“Opciones”, podemos configurar el intervalo de tiempo, o la extensión y carpeta
para las copias de seguridad. Un intervalo oportuno podrían ser 10 minutos.
Además del salvado automático, que normalmente supone
renombrar la extensión del archivo de
“*.ac$” al habitual “*.dwg” para poder abrirlo normalmente, también
existe una orden “recover”
(recuperar) que se encuentra en el menú ( File / Drawing Utilities / Recover ),
y permite forzar la apertura de archivos de dibujo que se encuentran en el
disco parcialmente dañados.
El hecho de que los archivos estén dañados en el disco se
produce normalmente por apagados bruscos o por otras circunstancias, y supone
que la secuencia normal de datos escritos este alterada, por lo que el programa
nos lanza un mensaje de error al tratar de abrirlos. Esta orden fuerza un
mecanismo de comprobación, más lento de lo habitual, que hace chequeos y
comprobaciones internas de los datos, permitiendo en muchos casos recuperar
archivos parcialmente dañados. También suele mostrar en una paleta específica,
una lista con las diferentes versiones
recuperables y/o archivos de salvado temporal.
Refresco de
pantalla y otras consideraciones.
Aunque en la actualidad la potencia de los sistemas
informáticos es bastante sobrada para el trabajo habitual del programa, no
siempre ha sido así, y en la concepción del programa queda alguna reminiscencia
de otras épocas. En particular me
refiero a las diferencias entre “regenera”
y “redibuja” o bien entre “congela” y “desactiva” cuando hablamos de capas.
En el primer caso son dos ordenes que aparentemente realizan
la misma acción, que es la de refrescar la pantalla, eliminando ecos o restos
que se muestran después de eliminar entidades o marcar y desmarcar objetos.
Cabe decir que internamente el programa con el fin de
incrementar la agilidad gráfica, además de mantener la base de datos principal
con la geometría correspondiente, en la que los cálculos se realizan operando
sobre números reales o punto flotante, también almacena y utiliza un espacio
virtual, más limitado al entorno de visualizan de la pantalla en cada momento,
en que las entidades se representan con números “enteros” y lógicamente los
cálculos necesarios son notablemente más rápidos y ágiles.
La diferencia entre ambas ordenas es que la primera opera
solo sobre el espacio de números enteros y la segunda fuerza el calculo en
punto flotante. Un efecto curioso de esta diferencia es el aspecto “poligonal”
de algunos círculos.
En el caso de la gestión de capas también existe una
diferencia similar ya que al “desactivar” una capa, las
entidades que contiene se siguen procesando, pero si en lugar de esto se “inutiliza” las entidades que
contiene ya no se recalculan agilizando los regenerados. En todo caso estas
diferencias que podían marcar diferencias, cuando las máquinas eran poco
potentes, hoy en día se han convertido en mera curiosidad.
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