martes, 25 de febrero de 2014

DEL ROMÁNICO AL GÓTICO - IV [La Construcción]

La construcción de una iglesia románica y en general los edificios singulares que configuran el monasterio, se realiza con fábrica de sillería, que está constituida por bloques de piedra perfectamente cortados y labrados en todas las caras, hasta conseguir una geometría y dimensiones muy precisas, que facilitan el apoyo o asiento sobre los anteriores, y van  formando el conjunto del muro o fábrica, gracias a la exactitud geométrica en la orientación de todas sus caras, de forma que la necesidad del mortero de asiento sea mínima, e incluso a veces se hace sin él.

Obviamente la elaboración de los sillares que deben configurar un muro recto, se limita a conseguir una forma de paralelepípedo, con las dimensiones adecuadas y todas sus caras perfectamente perpendiculares y paralelas dos a dos. Sin embargo cuando se llega a los arcos y las bóvedas, las caras de asiento ya no pueden ser paralelas entre sí, por lo que la geometría necesaria para conseguir un trazado preciso, tanto de la forma como de la orientación de las caras, adquiere una importancia fundamental, dando lugar a la conocida disciplina de la “estereotomía de la piedra”.

En la construcción de un edificio completo con sillares de piedra, lógicamente es preciso determinar con precisión, no solo la geometría y dimensiones del edificio y sus muros, sino que también hay que detallar, las formas geométricas de todas y cada una de las piezas que componen el conjunto, facilitando instrucciones, plantillas, perfiles, ángulos y las formas precisas, que deberán seguir los canteros para labrar todas las piedras, de tal forma que al ser trasladadas e izadas hasta su posición definitiva, encajen y asienten correctamente en sus posiciones. Obviamente la posibilidad de que se produzcan errores de trazado, que obliguen a descartar alguna pieza, que con un peso de varias toneladas ha sido trasladada e izada hasta su posición, con el notable esfuerzo manual de varios operarios, puede poner en riesgo, hasta incluso la integridad física de cualquier responsable, a poco que se pudiera repetir.

UN EJEMPLO ROMÁNICO

A continuación se desarrolla mediante un conjunto de gráficos, la geometría y los elementos principales que configuran una iglesia de estilo románico. En este caso se ha elegido la iglesia de San Isidoro de León aunque con arreglo a su teórico trazado inicial, y manteniendo las proporciones reales.

Trazado y replanteo. 
En primer lugar, es preciso trazar o dibujar sobre el terreno las dimensiones completas del conjunto del edificio, operación que se conoce normalmente como “Replanteo”.

Cimentación y Arranque. 
A continuación es preciso realizar unos cimientos sólidos para  apoyar los muros, retirando las primeras capas del suelo, habitualmente alteradas por restos de vegetación u otros residuos, excavando hasta llegar a una capa de terreno consolidado y homogéneo, donde asentar con seguridad un primer tramo de muro, con el sobre-ancho necesario para una cimentación segura.

Muros y soportes iniciales
A partir del arranque se colocan los sillares rectangulares de piedra que van formando el primer tamo de los muros y soportes aislados, hasta el arranque del primer nivel de arcos, habitualmente marcado por los capiteles y en otros casos, molduras corridas que ayudan a destacar y comprobar una correcta nivelación horizontal.

Los Arcos. 
Los arcos se inician desde la coronación de los soportes aislados o los muros, y se configuran con sillares especiales conocidos como “dovelas”, que ya no mantienen la geometría de caras paralelas, por lo que su ejecución es mucho más cuidadosa. Normalmente se construyen primero todas las dovelas, y se colocan en el suelo presentando su posición relativa dentro del arco, para poder asegurar la correcta geometría del conjunto completo. Una vez comprobado, se monta el arco en su posición definitiva izando y colocando las dovelas sobre una cimbra, en un proceso continuo hasta su cierre.

Bóvedas laterales
Los espacios de las naves laterales, se cubren o cierran en este primer nivel, mediante un sistema de bóvedas menores ya que las luces, o separación es bastante menor que la principal. La geometría puede ser diversa, pero predomina el trazado por arista, que corresponde a la intersección de dos superficies cilíndricas ortogonales. Se realizan también con dovelas de cierto espesor, cortadas y labradas con arreglo al despiece correspondiente.

Muros superiores
Sobre el conjunto de arcos que configuran las dos alineaciones longitudinales de soportes, se recrecen los muros laterales de la nave principal, con los sillares necesarios. En estos muros se configuran los huecos del nivel superior, y por el exterior se refuerzan transversalmente mediante contrafuertes situados en la vertical de los arcos transversales de las naves laterales.

Bóveda Central
La bóveda central se realiza también con sillares de piedra de cierto espesor, cortados y labrados con el despiece oportuno. En la vertical de los soportes, se hacen también unos ensanchamientos o refuerzos que se denominan “arcos fajones”. La denominación para este tipo de bóveda en los antiguos tratados de Vitrubio, es la de “muros vueltos” que resulta muy clara e intuitiva respecto a su ejecución.

El ancho o luz de la bóveda es mayor que las laterales, y constituye el parámetro que junto con la altura y longitud, configura básicamente el volumen o tamaño final de la iglesia. Su ancho  se sitúa normalmente en el entorno de los ocho, ó nueve metros, y lógicamente la solidez y seguridad dependen de la precisión y exactitud en el despiece de los sillares. El posible aumento de esta dimensión presenta serios inconvenientes, ya que una bóveda mayor, conduce a realizar sillares más anchos que incrementan a su vez el peso de la bóveda, que necesita muros más gruesos para su estabilidad, y añade dificultades para la colocación en altura, de una forma desproporcionada.

Cubierta. 
Normalmente se recrecen los muros superiores, con medio espesor, por encima del arranque de la bóveda, hasta la altura de los riñones, y a partir de ese nivel se configura un tejado normal con cuchillos o pares de madera y faldones planos cubiertos con teja. El espacio de los riñones se rellena con escombros de obra y los contrafuertes laterales de los muros se suben hasta la coronación, para soportar los empujes laterales del relleno, que por otra parte también ayuda a estabilizar los empujes y presiones laterales producidos por el viento.

MODELO INFORMATICO

A continuación se acompaña el enlace de un modelo informático en 3D que es el que ha servido para realizar los gráficos que se acompañan. Dicho modelo está contenido en un archivo de tipo “dwfx”, que es un formato especial generado desde AutoCAD. Para su manejo requiere instalar un complemento elaborado por Autodesk, que se denomina “Design Review”, y se puede descargar desde la página de Autodesk, o desde el enlace siguiente.

Una vez instalado, se puede operar en el ordenador como una aplicación independiente, pero también se empotra una extensión dentro del propio navegador, por lo que una vez instalado, se puede abrir el modelo 3D desde la ventana del navegador. Los controles del movimiento, selección o visualización parcial del modelo son bastante fáciles e intuitivos. Se trata de una aplicación de software abierto, que opera de una forma similar al “Acrobat Reader”.

Enlace del modelo informático en 3D:

            Iglesia de San Isidoro de León.

Enlace para la descarga de Design Review:





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