La construcción de
una iglesia románica y en general los edificios singulares que configuran el
monasterio, se realiza con fábrica de sillería, que está constituida por
bloques de piedra perfectamente cortados y labrados en todas las caras, hasta
conseguir una geometría y dimensiones muy precisas, que facilitan el apoyo o
asiento sobre los anteriores, y van formando
el conjunto del muro o fábrica, gracias a la exactitud geométrica en la
orientación de todas sus caras, de forma que la necesidad del mortero de
asiento sea mínima, e incluso a veces se hace sin él.
Obviamente la
elaboración de los sillares que deben configurar un muro recto, se limita a conseguir
una forma de paralelepípedo, con las dimensiones adecuadas y todas sus caras
perfectamente perpendiculares y paralelas dos a dos. Sin embargo cuando se llega a los arcos y
las bóvedas, las caras de asiento ya no pueden ser paralelas entre
sí, por lo que la geometría necesaria para conseguir un trazado preciso, tanto
de la forma como de la orientación de las caras, adquiere una importancia fundamental,
dando lugar a la conocida disciplina de la “estereotomía de la piedra”.
En la construcción de
un edificio completo con sillares de piedra, lógicamente es preciso determinar
con precisión, no solo la geometría y dimensiones del edificio y sus muros,
sino que también hay que detallar, las formas geométricas de todas y cada una
de las piezas que componen el conjunto, facilitando instrucciones, plantillas,
perfiles, ángulos y las formas precisas, que deberán seguir los canteros
para labrar todas las piedras, de tal forma que al ser trasladadas e izadas
hasta su posición definitiva, encajen y asienten correctamente en sus
posiciones. Obviamente la posibilidad de que se produzcan errores de trazado,
que obliguen a descartar alguna pieza, que con un peso de varias toneladas ha
sido trasladada e izada hasta su posición, con el notable esfuerzo manual de
varios operarios, puede poner en riesgo, hasta incluso la integridad física de
cualquier responsable, a poco que se pudiera repetir.
UN EJEMPLO ROMÁNICO
A continuación se desarrolla mediante un conjunto de gráficos, la geometría y los elementos principales que configuran una iglesia de estilo románico. En este caso se ha elegido la iglesia de San Isidoro de León aunque con arreglo a su teórico trazado inicial, y manteniendo las proporciones reales.
En primer lugar, es
preciso trazar o dibujar sobre el terreno las dimensiones completas del conjunto
del edificio, operación que se conoce normalmente como “Replanteo”.
A continuación es
preciso realizar unos cimientos sólidos para
apoyar los muros, retirando las primeras capas del suelo, habitualmente
alteradas por restos de vegetación u otros residuos, excavando hasta llegar a una
capa de terreno consolidado y homogéneo, donde asentar con seguridad un primer tramo
de muro, con el sobre-ancho necesario para una cimentación segura.
A partir del arranque
se colocan los sillares rectangulares de piedra que van formando el primer tamo
de los muros y soportes aislados, hasta el arranque del primer nivel de arcos,
habitualmente marcado por los capiteles y en otros casos, molduras corridas que
ayudan a destacar y comprobar una correcta nivelación horizontal.
Los Arcos.
Los arcos se inician
desde la coronación de los soportes aislados o los muros, y se configuran con
sillares especiales conocidos como “dovelas”, que ya no mantienen la geometría
de caras paralelas, por lo que su ejecución es mucho más cuidadosa. Normalmente
se construyen primero todas las dovelas, y se colocan en el suelo presentando su
posición relativa dentro del arco, para poder asegurar la correcta geometría
del conjunto completo. Una vez comprobado, se monta el arco en su posición
definitiva izando y colocando las dovelas sobre una cimbra, en un proceso
continuo hasta su cierre.
Bóvedas laterales
Los espacios de las naves laterales, se
cubren o cierran en este primer nivel, mediante un sistema de bóvedas menores
ya que las luces, o separación es bastante menor que la principal. La geometría
puede ser diversa, pero predomina el trazado por arista, que corresponde a la
intersección de dos superficies cilíndricas ortogonales. Se realizan también
con dovelas de cierto espesor, cortadas y labradas con arreglo al despiece
correspondiente.
Muros superiores
Sobre el conjunto de arcos que configuran las
dos alineaciones longitudinales de soportes, se recrecen los muros laterales de
la nave principal, con los sillares necesarios. En estos muros se configuran
los huecos del nivel superior, y por el exterior se refuerzan transversalmente
mediante contrafuertes situados en la vertical de los arcos transversales de
las naves laterales.
Bóveda Central
La bóveda central se realiza también con
sillares de piedra de cierto espesor, cortados y labrados con el despiece oportuno.
En la vertical de los soportes, se hacen también unos ensanchamientos o
refuerzos que se denominan “arcos fajones”. La denominación para este tipo de
bóveda en los antiguos tratados de Vitrubio, es la de “muros vueltos” que
resulta muy clara e intuitiva respecto a su ejecución.
El ancho o luz de la bóveda es mayor que las
laterales, y constituye el parámetro que junto con la altura y longitud,
configura básicamente el volumen o tamaño final de la iglesia. Su ancho se sitúa normalmente en el entorno de los ocho,
ó nueve metros, y lógicamente la solidez y seguridad dependen de la precisión y
exactitud en el despiece de los sillares. El posible aumento de esta dimensión presenta
serios inconvenientes, ya que una bóveda mayor, conduce a realizar sillares más
anchos que incrementan a su vez el peso de la bóveda, que necesita muros más
gruesos para su estabilidad, y añade dificultades para la colocación en altura,
de una forma desproporcionada.
Cubierta.
Normalmente se recrecen los muros superiores,
con medio espesor, por encima del arranque de la bóveda, hasta la altura de los
riñones, y a partir de ese nivel se configura un tejado normal con cuchillos o
pares de madera y faldones planos cubiertos con teja. El espacio de los riñones
se rellena con escombros de obra y los contrafuertes laterales de los muros se
suben hasta la coronación, para soportar los empujes laterales del relleno, que
por otra parte también ayuda a estabilizar los empujes y presiones laterales producidos
por el viento.
MODELO INFORMATICO
A continuación se acompaña el enlace de un
modelo informático en 3D que es el que ha servido para realizar los gráficos que
se acompañan. Dicho modelo está contenido en un archivo de tipo “dwfx”, que es
un formato especial generado desde AutoCAD. Para su manejo requiere instalar un
complemento elaborado por Autodesk, que se denomina “Design Review”, y se puede
descargar desde la página de Autodesk, o desde el enlace siguiente.
Una vez instalado, se puede operar en el
ordenador como una aplicación independiente, pero también se empotra una
extensión dentro del propio navegador, por lo que una vez instalado, se puede
abrir el modelo 3D desde la ventana del navegador. Los controles del movimiento,
selección o visualización parcial del modelo son bastante fáciles e intuitivos.
Se trata de una aplicación de software abierto, que opera de una forma similar
al “Acrobat Reader”.
Enlace del modelo informático en 3D:
Enlace para la descarga de Design Review: